Fruto de una investigación realizada con mi hijo mayor en los recónditos parajes de Asturias (Norte de España) dimos con esta extraña especie quizás emparentada de algún modo con los famosos Yokai japoneses como el Neukegen, tal vez se trate de una variante europea. Estos simpáticos seres, completamente cubiertos por un denso pelaje parecen tener la capacidad de ver en la oscuridad sin dificultad y gustar de esconderse bajo las camas, armarios y alacenas así como en rincones oscuros de nuestros hogares en busca de alimento. Presentan un hábito tremendamente curioso y digno de estudio más exhaustivo y es el de compilar pelusas y polvo de los suelos de nuestras casas con el fin de elaborar una especie de pelotillas con estos materiales que depositan en los lugares antes mencionados quién sabe con qué propósito.
Lo que sí es evidente es que son en gran medida responsables de los molestos picores en los pies que a veces perturban nuestro sueño y nos hace despertarnos para rascarnos como locos en mitad de la noche. Según hemos podido comprobar en nuestros estudios hacen esto para afilar sus pequeños cuernecillos contra nuestros pies… parece que lo encuentran sumamente estimulante.